La globalización ha llevado al mundo a vivir, y convivir con el mercado. Somos parte del gran núcleo empresarial y nuestras metas, ideologías, sentimientos y escencias, giran en torno al impacto que ha generado el mercado. China, ha interrumpido la canalización cíclica que tenía el mundo económico, para convertirse, no sólo en un gigante demográfico y geográfico, también, para invalidar en no más de dos años (2015) al imperio estadounidense que por décadas ha sido quien ha mantenido la "estabilidad" económica de los países sub-desarrollados. India nos asombra, y pequeños países de Europa deslumbran. No quiero dejar de lado lo que ha realizado Brasil, sobretodo en el gobierno del ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien estabilizó los mercados internos y llevo a los casi 200 millones de habitantes a posicionarse en el ranking económico, político y social, del cono sur.
Chile tiene metas, objetivos y visión clara, en materia económica.
No todos los países crecen al 4,4 como nos posiciona hoy la OCDE, ni menos al pronostico que se nos viene para el 2013, por sobre el 5,1
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