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miércoles, 25 de mayo de 2011

Politica exterior de Bolivia

Principios Generales de la Política Exterior Boliviana

Por Julio Rivera

Bolivia tiene como principal meta en política exterior, la restauración de la soberanía marítima sobre la costa que perdió durante la Guerra del Pacífico en 1879, en la que tuvo a Perú como aliado, frente a Chile.

La Carta Constitucional de 2009 promulgada por el gobierno de Evo Morales establece, que Bolivia tiene “el derecho irrenunciable e imprescriptible sobre un territorio de acceso al océano Pacífico y a su espacio marítimo correspondiente”. También señala como objetivos irrenunciables la solución del conflicto por medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre el territorio reclamado. La integración de América Latina surge también como prioridad en su política exterior, de carácter multilateralista y de cooperación, siendo miembro fundador de varias organizaciones que han tenido diferente suerte.

Reivindicaciones Marítimas

El gobierno de Morales ha sido el más audaz en materia de reivindicación marítima, trabajando, en palabras del ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, con “propuestas concretas, factibles y útiles”. La llamada agenda de los trece puntos, marca los puntos que ambos gobiernos deben abordar en continuas negociaciones sin una fecha límite, y que tiene en el punto sexto el tema marítimo.

Según Choquehuanca, en entrevista otorgada al diario chileno La Nación en agosto de 2010, “se pretende ir avanzando gradualmente en todos lo temas”, junto al gobierno chileno, dejando entrever un pronta solución al señalar que, ya conocerá el pueblo boliviano cuando presentemos cómo vamos a avanzar gradualmente para tener a las costas del océano Pacífico”.

La integración de América Latina también surge entre las prioridades de la política exterior de Bolivia. Ha sido parte constitutiva del proceso andino de integración que se inició en 1969, cuando participó en la suscripción del tratado de “la cuenca del Plata”, en el marco del proceso de institucionalización de las políticas de integración que buscan desde diferentes ámbitos, principalmente el comercial y el económico, la complementación y el desarrollo conjunto de determinadas regiones.

Internacional

“En una minoría de países, el estancamiento económico, la crisis política y la conflictividad interna (en la que participarán elementos sociales, étnicos o políticos), podría derivar en una crisis profunda de la institucionalidad democrática, con una creciente presencia de los militares y las fuerzas de seguridad en la política. Lo que tendrá repercusiones en materia de cooptación autoritaria de instituciones y medios de comunicación, y aislamiento del sistema americano. En países como Paraguay, Bolivia, Guatemala o Venezuela se registran fuertes tendencias hacia la reversión democrática y la militarización para los próximos años” [1].

Evo Morales ha sido reelegido con una aplastante mayoría de votos en la última elección presidencial del 6 de diciembre de 2009 y no se abrió el cielo ni la tierra.

Tampoco colapsó el Estado como auguraron todos lo analistas en el 2005, después de su primera elección como Presidente de la República de Bolivia.

¿Los analistas se equivocaron? ¿Las academias se equivocaron?

Las organizaciones internacionales estudian a los pueblos, los analizan y aconsejan mediante informes que concluyen con “lo que es bueno para esos pueblos”. Evalúan, miden y categorizan. Realizan un verdadero ranking para determinar los de “mejor comportamiento” o “los más exitosos”. Y ese mejor comportamiento casi siempre está asociado al ejercicio de la democracia, las libertades, la gobernabilidad y la calidad de vida…pero esta medición siempre se hace desde la perspectiva "oficial".

Puede ser este el motivo de equivocación en Bolivia. Lo otro sería sospechar que la inteligencia política internacional tiende a mezclar deseos con realidad.

Bolivia es un país de gran diversidad étnica, cultural y lingüística. Conforman la sociedad boliviana alrededor de treinta pueblos, cada uno de los cuales tiene su propia lengua. El idioma de uso predominante es el castellano, con distintos grados de apropiación de parte de la población indígena, existiendo aún comunidades monolingües indígenas en el área rural alejada de las ciudades principales. Según los estudios realizados por el antropólogo Xavier Albó, en base al Censo de 1992, de 87% de la población que declaró hablar castellano, solamente 42% es monolingüe castellana.

Los pueblos hasta ahora identificados en Bolivia son los siguientes:

Afroboliviano, araona, aimara, ayoreo, baure, bororo, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimane, chipaya, chiquitano, esse ejja, guarasuwe, guaraní (ava, izoceño y simba), guarayo, itonama, joaquiniano, leco, moré, mosetén, movima, mojeño (ignaciano y trinitario), nahua, pacahuara, paiconeca, pauserna, quechua, sirionó, tacana, tapiete, uru (chipaya, murato y uruito), yaminahua, yuracaré, yuqui y weenhayek.

Estos pueblos conservan, además de su lengua, sus tradiciones culturales y religiosas, aunque en la mayoría de los casos con fuertes características sincréticas con la religión católica y otras religiones cristianas[2].


Este país no se puede medir con los parámetros que se aplican desde la cultura occidental. En Bolivia la realidad es diferente, la estructura social es diferente y sobre todo: Las prioridades son diferentes.

En Bolivia las metas u objetivos de desarrollo están naciendo desde la comunidad, contemplando las directrices o fisonomías culturales propias en ese desarrollo.

Algunas voces (muy pocas) han salido al paso de esta asimetría para medir los logros de los pueblos y sus gobernantes.

Juan Francisco Coloane coloca una mirada crítica respecto a estos diagnósticos.

“Las ideas de lo que es bueno para Bolivia, basadas en modelos de democracia y gobernabilidad concebidos desde la perspectiva “occidental” europea o estadounidense, han llevado a malgastar muchas energías en la discusión teórica y se ha perdido de vista jerarquizar los problemas y entrar más de lleno en las soluciones” [3].

Los agoreros del 2005, que pronosticaron el colapso del Estado o la desestabilización de Bolivia a partir de la elección de Evo Morales como Presidente de ese país, han fracasado rotundamente.

Bolivia no se ha desintegrado por llevar adelante las medidas de protección social y de transformación política del Estado, por parte del gobierno de Evo Morales. Al contrario, la sociedad ha elegido por la profundización de éstas transformaciones y que apunten a las estructuras del poder.

Esta elección deposita en la conducción de Evo Morales el mandato de profundizar en esta senda y apuntar a transformar estructuralmente la sociedad boliviana. Estructuras que con su rigidez no han permitido la satisfacción de las demandas sociales, por lo que ese país transitaba ininterrumpidamente en un péndulo que iba desde las dictaduras militares hasta los gobiernos civiles populistas en una situación de inestabilidad permanente.

Bolivia ha dado un salto cualitativo en lo que se refiere a su política exterior, transitando con paso firme en el campo de las Relaciones Internacionales de la mano de varias premisas que desarrolla según las circunstancias, preservando el norte de sus intereses como nación, pero apuntando a la cooperación y multilateralidad sin caer en el “buenismo” o soft power. Bolivia no ha elegido el camino del diálogo sin límites y el apaciguamiento a toda costa.[4]

Bolivia ha diseñado una estrategia basada en el manejo inteligente de los recursos propios, acompañada de una lectura aguda y moderna de los movimientos que se desarrollan en el campo de las Relaciones Internacionales.


Lentamente da pasos en la realidad universal de la globalización, a pesar que tiene la percepción de que “es simplemente un producto de la americanización del mundo” ya que “la globalización está hecha en América”[5]

Ha apostado por el multilateralismo, la cooperación, el bienestar social y el antiimperialismo, plasmado en una política de autodeterminación e independencia del polo unipolar de EE.UU.

Su política de integración y cooperación con los países de la región es absolutamente contrapuesta con las tesis neorrealistas que ponen en duda esta vocación de los Estados por cuestiones de estructura.

"La estructura, a través del principio de auto-ayuda, reduce las posibilidades de cooperación entre los Estados en dos direcciones:

En primer lugar, los Estados concederán más importancia a las ganancias relativas que a las ganancias absolutas derivadas de la cooperación.

En segundo lugar, los Estados son reacios a convertirse en entidades dependientes de terceros como consecuencia de las relaciones de cooperación. Es cierto que el bienestar general puede aumentar pero, la mayor interdependencia asociada a este proceso, engendrará nuevas vulnerabilidades".[6]

Los conceptos realistas o neorrealistas que hegemonizan la teoría de las Relaciones Internacionales han sostenido los últimos cincuenta años que el objetivo fundamental de los Estados es asegurar su supervivencia o garantizar su seguridad. Esto en un sistema de anarquía internacional por supuesto. La anarquía habilita el principio de auto-ayuda. En virtud del mismo, los Estados cuentan sólo con sus propios medios para conseguir seguridad en un contexto en el que la posibilidad de conflicto es elevada. En estas circunstancias, sostienen que las organizaciones internacionales poco pueden hacer para mitigar la emergencia de tensiones entre las partes...su capacidad de influencia está condicionada y delimitada por los intereses de los Estados[7].

Bolivia puede ser testigo fiel de lo contrario a raíz del episodio Unasur. Esta entidad regional fue protagonista principal en la resolución de la grave crisis interna por la que pasó el Estado boliviano producto de su conflictos sociales que tuvieron una clara vocación golpista.

Hay que subrayar que Unasur estaba conducida en ese momento por el gobierno chileno, país con el cual Bolivia siempre ha tenido conflicto de intereses por más de 120 años a raíz de la salida al mar perdida a raíz de la Guerra del Pacífico.

En la actualidad los gobiernos de Bolivia y Chile han acordado una agenda de 30 puntos en que está incluida esta reivindicación estratégica boliviana.

Atrás han quedado los episodios de azuzamiento chovinista o guerrerista, sin apartarse de sus intereses estratégicos como el anhelo de salida al mar.

Su política de diálogo y entendimiento, acompañada de una mejor inserción en el concierto internacional, una mejor y mayor política de alianzas priorizando por la región, le han dado a Bolivia dividendos políticos internos y externos que la sitúan en un muy buen pie internacional.

En este camino no ha dejado de mostrar vigor y voluntad política.

Su acercamiento a Venezuela se ha hecho evidente y tiene características de estratégico. Al igual que con Brasil, que se ha convertido en el líder de la región.

Atrás está quedando la política internacional boliviana de enclaustramiento localista, pasando a una perspectiva más global en el mundo de las Relaciones Internacionales.

Un pequeño recorrido cronológico de los pasos que ha dado la diplomacia boliviana así lo indican:

En abril de 2006, Bolivia entró a formar parte de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA).

Estrecha relaciones con Ecuador y Cuba convirtiéndose en sostenedora de una política de alianzas antiimperialista, de características políticas y culturales más ligadas a la realidad latinoamericana, con fuertes componentes indigenistas de cooperación.

Este camino de acercamiento de características político-estratégico que ha acortado las distancias con los países “progresistas” de la región le ha producido un distanciamiento con EE.UU.

El momento de mayor tensión entre ambos países fue en septiembre de 2008, cuando el gobierno de Evo Morales expulsó al embajador de EE.UU., Philip Goldberg, acusado de conspirar en contra del gobierno boliviano.

Como respuesta, Estados Unidos hizo lo propio con el embajador de Bolivia en Washington, Gustavo Guzmán.

Luego, Evo Morales expulsó a la Agencia Antidrogas Estadounidense DEA, y a la Agencia Central de Inteligencia CIA de territorio boliviano.

Paraleo a esto, en el ámbito interno se comenzaron a vivir fuertes tensiones sociales, lo que hizo peligrar la estabilidad del gobierno de Evo Morales. Fue gracias a la gestion vigorosa de Unasur, de la cual participa Bolivia en su estrategia de multilaterilaridad y cooperación entre los pueblos, que se pudo salvar la crisis, que alcanzó niveles de máxima gravedad en su momento.

La llegada de Barack Obama a la presidencia de EE.UU. ha significado un claro mejoramiento en las relaciones bilaterales entre ambos países, aunque aún no se restablecen por completo.

Paralelamente, y en el último tiempo, Bolivia ha avanzado en su política de ampliar el abanico en el campo de las relaciones exteriores, estableciendo contactos formales con China e Irán, países que tradicionalmente han estado alejados de la órbita diplomática boliviana.

Un leve alineamiento hacia el liderazgo de Brasil, le ha permitido a Bolivia alejarse de los centros de conflicto y apuntar a los intereses que como Estado tiene en el ámbito internacional.


Integración Latinoamericana

Bolivia es un país que gravita, simultáneamente, al menos en tres áreas geográficas esenciales, en la cuenca endorreica del pacífico, en la cuenca del Plata y en la cuenca amazónica. En lo que se refiere a este último espacio geográfico, Bolivia es partícipe de todos los proyectos y programas de desarrollo conjunto de la amazonía a través del Tratado de Cooperación Amazónica (Manaos, 2010).

Bolivia formó parte desde mediados de los años 60`s de la ALALC, esquema de integración comercial que luego sería sustituido, en el año 1980, por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). También es parte del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) desde su fundación, de la OEA desde su constitución, que acompañó el proceso de lo que en un inicio se llamó “la iniciativa Bush para las Américas” (junio de 1990) y que desde el 94 se pretendía constituir como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Todos estos procesos o esquemas de integración van teniendo una evolución particular de realizaciones, de avances y retrocesos y Bolivia ha sido partícipe. En lo que se refiere específicamente al ALCA, podemos decir que el proceso no prosperó.

Hoy es país asociado del Mercosur, junto a Chile y Venezuela, que integran como miembros plenos a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Además es miembro pleno de la Unasur, que reúne además a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Surinam y Venezuela.

La Unasur ha sostenido un rol relevante durante el último tiempo en la región en períodos de crisis como el sufrido en Ecuador en septiembre de este año que enfrentó a su Rafael Correa y parte de las fuerzas policiales. En este sentido la muerte de Néstor Kichner, aunque difícil para la organización debería quedar subsanada con una posible futura designación de Lula Da Silva.

Como corolario, este esfuerzo incesante por articular y formar parte de los diversos esquemas de integración es, en cierta forma, consecuencia de la ubicación geográfica de Bolivia que lo ubica al centro de la región y de su proyección simultánea hacia los diferentes ámbitos de la misma. Es por esto que otra línea constante de la política exterior boliviana es aquella que tiene relación con la comunicación e interacción bilateral con los países vecinos. Recordemos que Bolivia tiene extensas fronteras con cinco países, la más extensa de ellas con Brasil.

Tanto con Brasil como con Argentina se tienen acuerdos que generan un impacto que trasciende al área fronteriza de influencia, en materia de inmigración y de índole económica, fundamental son los acuerdos en materia gasífera. Con Perú, por otro lado, son muy importantes los acuerdos que buscan potenciar las áreas de desarrollo conjunto, principalmente aquellos acuerdos que buscan potenciar la explotación de los recursos del acuífero del lago Titicaca, zona que comprende gran parte de la sierra del Perú y las tierras altas de Bolivia.

El comercio internacional de Bolivia

Este aspecto de la política internacional es de especial importancia, ya que el comercio internacional en un escenario de contracción económica mundial como el que hemos vivido, tiene un papel determinante en el desarrollo y crecimiento económico de un país. Especialmente en aquellos de economías pequeñas y abiertas como la boliviana y que depende de exportaciones de muy pocos productos, pero que además cuenta con un reducido mercado interno.

Las exportaciones permiten a los países financiar las importaciones de los bienes que no producen de modo competitivo. Crean empleo, mejoran las recaudaciones tributarias, mejoran las normas productivas, aumentan los conocimientos técnicos y estimulan el espíritu empresarial de la nación.

Darle dinamismo al comercio exterior boliviano es una alternativa para poder crecer económicamente y a través de este crecimiento poder reducir la pobreza y la desigualdad en la que viven la mayoría de los bolivianos.

En los últimos años Bolivia ha registrado un notable aumento de las exportaciones liderado por los sectores de hidrocarburos y minería. Este auge ha permitido una mejora de las cifras de crecimiento y un fortalecimiento de la situación externa y fiscal. Lo que sí hay que subrayar es que la inversión se mantiene baja ante la realidad de tensión política y social interna.

Dentro de las medidas de política económica, el Banco Central de Bolivia permitió una apreciación gradual del peso boliviano ayudando a reducir la dolarización de los depósitos, sin embargo, la inversión privada se mantiene entre las más bajas de la región.

En el 2008, el auge de las exportaciones de hidrocarburos y minerales ha seguido impulsando el crecimiento económico de Bolivia, así como su situación fiscal y externa.

Las exportaciones bolivianas alcanzaron durante el año 2008 un valor de 6.836 millones de dólares, registrando un crecimiento del 41.84% respecto a 2007, monto sin precedentes en la historia comercial de Bolivia.

Como en toda la región, la visión que prioriza por el mercado y trata de reducir el papel del Estado como fórmula para el crecimiento, no ha logrado los niveles esperados, por lo que la nueva tesis boliviana, que fortalece el mercado regulado por el Estado y sobre todo, el ejercicio de gobiernos de mejor calidad, ha funcionado con éxito reconocido internacionalmente.

Esta visión ha implicado la adopción de políticas públicas activas, que sean capaces de superar los problemas estructurales que dificultan el desarrollo del sector exportador boliviano, en el plano de las oportunidades y el fomento.

El objetivo estratégico del gobierno boliviano es romper con el papel monoproductor con que se inserta en el contexto internacional, y esto es un problema de características estructurales. La minería y los hidrocarburos son las materias primas en las que se basan las exportaciones bolivianas en la actualidad por lo que el objetivo superior debe ser diversificar la oferta exportable, no de los productos básicos, sino que de los que generan valor agregado, ya que el mercado interno es reducido y de baja capacidad adquisitiva.

El comercio exterior boliviano comienza a tener una visión de largo plazo, diversificando sus exportaciones, subiendo los estándares de calidad, generando valor agregado y apuntando a elevar sus niveles de crecimiento y desarrollo.

El ACE 22

El Acuerdo de Complementación Económica entre la República de Bolivia y la República de Chile, firmado en santa Cruz de la Sierra el 6 de abril de 1993, entró en vigencia el 7 de julio de ese mismo año en el marco del proceso de integración establecido por el Tratado de Montevideo de 1980 (ACE 22)42

Los principales objetivos del ACE 22 tienen relación con:

è El establecimiento de las bases para una creciente integración de las economías de los países Signatarios.

è La facilitación, ampliación y diversificación de los intercambios comerciales de bienes y servicios.

è El fomento y estímulo a las actividades productivas en sus territorios.

è La facilitación de las inversiones de cada país en el territorio del otro.

è La creación de condiciones para un avance bilateral armónico y equilibrado.

è El establecimiento de un marco jurídico e institucional para el desarrollo de una cooperación económica en áreas de mutuo interés y,

è El establecimiento de mecanismos que fomenten la participación de los agentes económicos.

El acuerdo cuenta con 18 capítulos y 4 anexos. La normativa regula materias como el programa de desgravación arancelaria, salvaguardias, complementación energética, solución de controversias, normas técnicas, sector automotor, prácticas desleales de comercio, y compras gubernamentales, entre otras.

En marzo del 2006 fue suscrito el decimoquinto protocolo que tiene como objetivo ampliar y profundizar el programa de liberación arancelaria. Dicho protocolo tiene como fin otorgar el cien por ciento (100%) de preferencia arancelaria a las importaciones de cualquier producto originario de Bolivia, excepto aquellos contenidos en el anexo de excepciones de dicho protocolo.

El Acuerdo de Complementación Económica Nº 22, suscrito con Chile, se halla vigente desde el 6 de abril de 1993 y, a través de este, Bolivia exportó a nuestro país más de 77 millones de dólares el 2008 registrando un incremento del 36% respecto al 2007, año en el que estas fueron 56.70 millones[8].

José Ribero Calvimontes,[9]Gerente General de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia es determinante respecto al panorama de comercio exterior que enfrenta la nación:

"El conjunto de países que brinda preferencias arancelarias a Bolivia es muy significativo; sin embargo, su aprovechamiento, como destino de la oferta exportable, es de aproximadamente 0.02 %, cifra que resulta irrisoria en relación al potencial productivo del país.

Para un efectivo aprovechamiento de los mercados internacionales, es menester generar un andamiaje normativo que vigorice la competitividad del sector productivo y exportador nacional".

Iván Velásquez Castellanos[10], Coordinador de Programa para Bolivia de la Konrad Adenauer Stiftung (KAS), apunta al objetivo principal de bienestar social que debe tener el crecimiento.

"Existe consenso, en afirmar que las exportaciones están ligadas al crecimiento de la economía, y que en el largo plazo generan desarrollo. Sin duda, una de las tareas que deben perseguir las políticas públicas a partir de la generación de ingresos producto del comercio exterior es tratar de reducir los niveles de pobreza y desigualdad en los que se encuentra Bolivia a partir de un crecimiento pro pobre o a favor de los que presentan necesidades básicas insatisfechas".

Algunos datos...

Bolivia ocupa la parte central de Sudamérica, un área de 1.098.581 km 2. Su población estimada en el año 2000 fue de 8.328.700 habitantes, con una densidad poblacional de 7,6 habitantes por km2.

La organización política del Estado

Bolivia es una República unitaria que se divide política y administrativamente en 9 departamentos, 112 provincias, 314 secciones de provincia (municipios) y 1.384 cantones. El Estado boliviano está conformado por tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Las autoridades del Poder Ejecutivo jerárquicamente son:

El Presidente de la República en el país; el Prefecto en el departamento; el Subprefecto en la provincia; el Alcalde Municipal en la sección de provincia (municipio) y el Corregidor en el cantón.

El Poder Legislativo

La Constitución Política del Estado establece que el Poder Legislativo reside en el Congreso Nacional, compuesto por dos cámaras. La de diputados con 130 miembros y la de senadores con 27 miembros. El presidente nato del Congreso es el Vicepresidente de la República. Los diputados y senadores son elegidos por cinco años mediante voto universal y directo.

El Poder Judicial

El Poder Judicial es el encargado y responsable de la administración de justicia. El poder judicial es independiente de los otros dos poderes, sometido sólo a la Constitución y tiene su sede en la Capital de la República, Sucre.

Por mandato constitucional las autoridades de las comunidades campesinas y de los pueblos originarios pueden ejercer funciones de justicia en sus jurisdicciones territoriales en conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no violen los derechos fundamentales de la persona, ni vayan en contra de las leyes del país.

Otros datos...

En los últimos 50 años la población total se triplicó.

Además, en estos 50 años se ha observado un intenso proceso de urbanización, la población rural disminuyó de un 65% a un 35% de la población nacional.

En 2000, 15% de la población era menor de 5 años, 40% menor de 15 años y 59% menor de 25 años.

En 1998 casi una cuarta parte de los niños menores de 3 años padecía de desnutrición crónica, que afecta por igual a niños y niñas. La desnutrición crónica afecta con mayor intensidad a los niños del área rural y en algunos departamentos, como Potosí, alcanza a 49%.

La esperanza de vida experimentó un incremento. De acuerdo a proyecciones del Instituto Nacional de Estadística habría alcanzado los 62 años.

La tasa global de fecundidad sigue siendo elevada: entre 1995 y 2000 se registró una media nacional de 4,4 hijos por mujer (2,7 hijos en madres con instrucción media o superior y 7,1 en aquellas sin instrucción).

En el periodo 1995-2000, la tasa bruta de mortalidad se estimó en 9 muertes por mil habitantes y la tasa de mortalidad neonatal alcanza un promedio de 34 por mil nacidos vivos.

Las adolescentes de 14-19 años contribuyen con 69% de los abortos.

El sistema de salud boliviano se organiza en subsectores: Público, Seguridad social y Privado. Lucrativo y no lucrativo. Los servicios públicos del MSPS cubren la atención de salud de 43% a 48% de la población. La seguridad social cubre el 22% y el sector privado el 10%.

Se estima en 20% a 25% la población sin acceso a servicios de salud.

En lo social

Los índices sociales del país son comparables con aquéllos de las naciones más pobres del Sub-Sahara de África, y no con los países de América Latina (con excepción de Haití). El PIB per cápita fue calculado en US$ 703, inferior en 25% del promedio de los países de América Latina y el Caribe (US$ 2.839).

La Alternativa Bolivariana

Junto a Cuba, Venezuela, Nicaragua y posteriormente Ecuador, Bolivia ha conformado, desde 2004, lo que es la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), proyecto de integración americana contrapuesta al de EE.UU. que posee acuerdos de cooperación comercial, económicos y políticos con algunos países de la región.

Es indudable que los líderes de los cinco países miembros del ALBA; Raúl Castro, Hugo Chávez, Daniel Ortega, Rafael Correa y Evo Morales comparten ciertos rasgos ideológicos de corte marxista, sin embargo, Morales se encuentra en el ala moderada del pacto, al igual que Correa, tomando distancia de Chávez, Castro y Ortega.

Sin duda, Bolivia bajo el gobierno de Evo Morales ha constituido una política exterior fructífera, en asociación con América Latina donde ha ocupado un espacio privilegiado, como país que busca salir de la pobreza, y en materia bilaterales con Chile.

Los buenos oficios de Morales, y de Choquehuanca a la cabeza de cancillería han vuelto a posicionar a Bolivia como un país serio, con aspiraciones justas de reivindicación, tanto en materia económica, como de justicia social y territorial.

Morales: 'Es la hora de dignificar a toda Latinoamérica, la hora de liberar a

Latinoamérica', La Habana, 2006.

Fuentes:

Diarios: El País (España); La Nación (Chile-Argentina); El Mundo (España); Clarín (Argentina); La razón (Bolivia); Los Tiempos (Bolivia).

Páginas Web: Página oficial del gobierno de Bolivia; Página oficial del ministerio de defensa de Bolivia, Cancillería; Página oficial del FMI; Página oficial UNASUR; PNUD; Página oficial de Naciones Unidas; Portal ALBA-TCP; Instituto Nacional de Estadísticas boliviano.




[1] "Latinoamérica 2020: pensando los escenarios de largo plazo", National Intelligense Council (NIC) Conclusiones del seminario realizado en Santiago de Chile los días 7 y 8 de junio de 2004, en el marco del Proyecto Global Trends 2020 del National Intelligence Council de los Estados Unidos

[2] UNESCO

[3] JUAN FRANCISCO COLOANE, Bolivia 2009-2015, Diario La Tercera 11 de diciembre 2009

[4] ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO, Política de interés nacional

[5] K. N. WALTZ, “Globalization and American Power”

[6] K. N. WALTZ, "Teoría de la Política Internacional", p. 165

[7] LEIRE MOURE, "La teoría de la Política Internacional treinta años después", Revista Electrónica de estudios Internacionales (2009)

[8] José Ribero Calvimontes, "Políticas públicas y perspectivas para un mejor aprovechamiento de los acuerdos comerciales suscritos por Bolivia"

[9] Ingeniero Agrícola con maestría en Economía, forjó su experiencia laboral en la producción, industrialización y comercialización de productos agrícolas y en la promoción de exportaciones e inversiones. Director General de Inversiones del Ministerio de Comercio Exterior, Director Ejecutivo del CEPROBOL, Coordinador Andino de la Promoción de Exportaciones, Inversiones y Turismo en la CAN, actualmente es Gerente General de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia.

[10] Economista y Administrador de Empresas. Obtuvo su doctorado (Ph.D.) en la Georg-August Universität Göttingen en Alemania. Investigador Senior del Zentrum für Entwicklungsforschung (ZEF) dependiente de la Friedrich-Wilhelms Universität Bonn en Alemania. Ex becario de la Konrad Adenauer Stiftung (KAS). Se desempeño como Coordinador General y Director de Análisis Económico de la Cámara de Exportadores (CAMEX) en Bolivia.

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