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miércoles, 25 de mayo de 2011

Bolivia Seguridad y Defensa

BOLIVIA, SEGURIDAD Y DEFENSA

Por Julio Rivera.

Por definición seguridad significa; condición de seguro, libre de riesgos y/o amenazas, peligros, daños. Y en el caso de existir, estar en condiciones de defenderse con altas probabilidades de éxito. Por su parte, defensa es la/s acción/es llevada/s a cabo para protegerse de tales riesgos, amenazas, peligros y daños. (Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, Argentina 2009)

Mientras la seguridad es una condición, la defensa es una acción propia del componente armado del poder nacional. Ambos conceptos se enlazan con el desarrollo, puesto que para poder desarrollarse, se necesita una condición de seguridad, y una acción de defensa si fuera necesario (Gral. Div. (R) Evergisto de Vergara, Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, Argentina 2009)

Cada Estado tiene su propio concepto de los términos seguridad y defensa de acuerdo a sus características propias.

En América Latina el desarrollo de las fuerzas armadas no ha sido constante, viéndose muchas veces permeado por intromisión de estas en la vida civil, a través de golpes de Estado, pronunciamientos, o diversas clases de acciones orientadas para intervenir la gobernabilidad de un país.

Durante los años sesenta y setenta; Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, entre otros países, tuvieron la experiencia de ser gobernados por militares.

La tristemente célebre “Operación Cóndor”, sistema de inteligencia antisubversivo que enlazó a estos países, y en donde se intercambió información y detenidos con su posterior tortura y desaparición, es quizás el mejor ejemplo de la intromisión del ejército de manera deliberante en Latinoamérica con el perjuicio consabido.

Las desconfianzas surgidas entre líderes civiles y militares luego de estos procesos, surgió como argumento para evitar un desarrollo de las fuerzas armadas a su máximo potencial. Además de no existir un delimitando claro de las funciones militares al interior de un país.

Por ejemplo EE.UU. es crítico respecto del uso de sus fuerzas al interior del mismo o para fines de paz. La guardia nacional es quien asume dichas funciones. Un órgano que no existe en América Latina, teniendo que cumplir el ejercito tareas, por ejemplo, en catástrofes naturales, como terremotos o inundaciones, eventos que influyen en materia de seguridad interna.

La participación de ejércitos latinoamericanos en funciones de paz en la ONU es un ejemplo de la poli funcionalidad de los mismos.

EL CASO DE BOLIVIA

Bolivia es uno de los países con menor ingreso per cápita de Latinoamérica, bordeando los US 4.000.- Durante el siglo XX tuvo una consecución de gobiernos civiles y militares, siendo cada uno reemplazado a la fuerza por el otro. La inestabilidad política es su mayor característica, jugando un papel fundamental el ejército, quien ha tenido un rol deliberante. Un ejemplo es el General Hugo Banzer, gobernante de facto durante los setenta que llegó en los noventa nuevamente al poder de manera democrática. Banzer fue uno de los gobernantes con mayor participación de la red “Operación Cóndor”, siendo investigado por tribunales españoles, juez Garzón, al igual que el general del ejército chileno y ex gobernante de facto Augusto Pinochet. Sin embargo, su muerte impidió que la investigación siguiera adelante.

Sin embargo, el país altiplánico en los últimos años ha dado un giro significativo, mejorando sus instituciones y entregándole mayor gobernabilidad al país.

En 2005 es elegido Evo Morales asumiendo en 2006 como Presidente de la República, el primero de origen indígena en la historia de Bolivia.

Morales, representante del movimiento cocalero, ha reorientado la política de su país. Con una extraordinaria aprobación, ganó las elecciones con un 54% siendo el tercer mandatario en ser elegido con la mayoría absoluta, ha llevado adelante políticas de reivindicación de los pueblos indígenas, enfrentando el problema de la coca desde su base, que es la pobreza, logrando la conversión de antiguos productores a diferentes labores.

SEGURIDAD INTERIOR

La seguridad en Bolivia está marcada por la problemática cocalera. La producción de hoja de coca, para su posterior elaboración como clorhidrato de cocaína, ha significado un fuerte dolor de cabeza, convirtiéndose en el eje de la violencia al interior de Bolivia, principalmente enfrentamientos entre productores cocaleros con apoyo de narcotraficantes en contra de fuerzas de orden.

Según un estudio elaborado en 2007 por la Oficina de las Naciones Unidas contra a Droga y el Delito (UNODC), Bolivia es le tercer producto de cocaína en el mundo, luego de Colombia y Perú, registrando un total de 27.500 hectáreas con un total de 94 toneladas anuales de producción de la droga. Un alza del 18% respecto de 2006, pero con una significativa baja respecto de la década del noventa, cuando llegó a tener más de 48.000 hectáreas cultivadas y una producción sobre las cien toneladas.

La ejecución del “Plan Dignidad” desde 1997 a 2001, significó el inicio de un trabajo bien logrado de erradicación de la coca excedentaria. Hubo una compensación monetaria directa a los productores por hectárea erradicada. En una primera etapa hubo compensaciones colectivas a las comunidades que lograban terminar con la producción de hoja de coca. Esta tarea contó con una clara voluntad política de todos los sectores de la sociedad y con la participación del ejército, como brazo ejecutor.

Sin embargo, este tremendo esfuerzo por parte de Bolivia para la erradicación de la hoja de coca, no contó con ningún apoyo de la comunidad internacional. Fundamentalmente de EE.UU., principal destino de la droga, dejando un vacío inmenso en ingresos, que se calcula entre 300 y 500 millones de dólares (al año), con un efecto dramático sobre su alicaída economía.

Como consecuencia de ello se produjo un espiral de violencia. En diversos enfrentamientos, principalmente en la región de Chapare mayor zona productora, murieron casi un centenar de personas. Las fuerzas de orden y seguridad subieron el nivel de represión contra los bloqueadores, lógica que se mantuvo por varios gobiernos, con un saldo de violencia creciente. Los cocaleros protagonizaron hechos sangrientos al secuestrar, torturar y matar a policías y soldados en medio de acciones de bloqueo y hostigamiento. (Mesa Carlos, “Historia de Bolivia”, Edit. Gisbert, Bolivia 2007)

La aparición de Evo Morales como líder cocalero significaría un bálsamo para las relaciones entre gobierno y el movimiento, logrando apaciguar en gran medida el conflicto.

Durante el nuevo siglo la violencia al interior del país ha disminuido de forma significativa, aunque no sin enfrentar problemas graves.

El reconvirtiendo de sectores de la economía, por ejemplo en la producción de tejidos para su exportación, ha significado una mejoría en las condiciones económicas de parte de la población.

La explotación de yacimientos de gas natural para su conversión en gas licuado exportado hasta Brasil ha significado una luz de esperanza para Bolivia. Sin embargo, intentos de exportación de gas a México y EE.UU., que fracasaron por decisión del gobierno de no usar puertos chilenos para su salida, pone de manifiesto un segundo problema, esta vez en materia internacional que marca la agenda de seguridad y defensa, su mediterraneidad.

DEFENSA Y MEDITERRANEIDAD

La política exterior de Bolivia está marcada por su problema de mediterraneidad. La restauración de la soberanía marítima sobre la costa de Antofagasta que perdió durante la Guerra del Pacífico en 1879, en la que tuvo a Perú como aliado, frente a Chile, determina su política exterior, de seguridad y defensa.

La Carta Constitucional de 2009 promulgada por el gobierno de Evo Morales establece que Bolivia tiene, “el derecho irrenunciable e imprescriptible sobre un territorio de acceso al océano Pacífico y a su espacio marítimo correspondiente”.

También señala como objetivos irrenunciables la solución del conflicto por medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre el territorio reclamado.

El gobierno de Morales ha sido el más audaz en materia de reivindicación marítima, trabajando, en palabras del ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, con “propuestas concretas, factibles y útiles”.

La llamada agenda de los trece puntos, marca los temas que ambos gobiernos deben abordar en continuas negociaciones sin una fecha límite, y que tiene en el punto sexto el tema marítimo.

El acuerdo boliviano de acceder a una salida al mar por forma pacífica, pone de manifiesto una política de defensa que se sustenta en la no agresión por parte del país altiplánico.

Los gastos en materia de defensa son exiguos, alcanzando el 1,5% del PIB en 2009, según datos del ministerio de Defensa de Bolivia, inferior a los cien millones de dólares. La evolución del gasto en defensa permite asegurar los rasgos pacifistas de su política.

  • 2003-147.000.000$-PIB 1,80%
  • 2004-127.000.000$-PIB 1,60%
  • 2005-132.000.000$-PIB 1,60%
  • 2006-130.000.000$-PIB 1,40%
  • 2007-PIB 1,90%
  • 2008-PIB 1,90%
  • 2009-PIB 1,55%
  • 2010-PIB 1,70%

Fuente: Ministerio de Defensa de Bolivia.

Las negociaciones del derecho de agua respecto al río Silala donde Chile reconocería el pago del 50% del total de la deuda histórica, también se constituye como un paso adelante en materia de relaciones exteriores y una continuación de la paz que se mantiene por más de un siglo entre ambas naciones.

Las relaciones exteriores de Bolivia gozan de mejor salud que nunca en su historia poniendo tranquilidad en materia de defensa. La aparición de un video de corte beligerante en la página oficial del ejército boliviano en contra de Chile y las posteriores excusas por parte de sus autoridades no empañan de forma alguna la salud de sus relaciones y aseguran la continuación de la política de defensa pacifista de Bolivia.

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